lunes, 18 de agosto de 2008

Mujeres de fuego


Aparte del seminario de Crítica cultural y género, estoy también llevando el de Frontera y ciudadanía. Eso más el trabajo, la lluvia y el buscar depa está atrasando seriamente mi investigación, pero esta semana me he propuesto ponerle manos a la obra. La semana pasada además asistí a una mesa sobre feminicidios que estuvo muy interesante, en el sentido de informativa, muy deprimente en el sentido de que más allá de las buenas intenciones el tema sigue igual. México como Estado ha recibido más de 300 recomendaciones de distintos organismos internacionales para que tome cartas en el asunto, según el abogado en DDHH especialista que expuso, él no conoce ningún caso que haya recibido tanta atención como el de Ciudad Juárez. Sin embargo, nada se ha hecho todavía, los culpables siguen sin ser detenidos, hay leyes pero no hay sanciones, por tanto, no hay una viabilidad penal. Luego vinieron también especialistas que hicieron un análisis del discurso muy bueno y ahí con horror descubrí que los argumentos en contra de los feminicidios, las estrategias, son exactamente los mismos desplegados por el machinario (Cf. Rocío Silva Santisteban) literario en contra de la literatura de mujeres. Por ejemplo, un legislador decía que hablar de feminicidio era absurdo porque entonces se debía inventar un nombre para cada delito, por ejemplo si yo me robo un lápiz eso sería un lapicidio y por tanto sería imposible para la justicia nombrar tantos delitos. Creo que el ejemplo habla por sí solo, pero así de absurda es la “razón” cuando tiene el poder. Igual sucede con la literatura dicen que si hablamos de literatura de mujeres entonces habría que hablar de literatura de zurdos, de literatura de los que usan anteojos y un montón de cosas inútiles que sólo pretenden negar el rol de género en nuestra sociedad. Asimismo, al igual que con las poetas del ochenta, con las muertas de Juárez se termina aludiendo a un número, a una cifra a una masa homogénea sin considerar su humanidad, su individualidad, es decir banalizando la circunstancia, ¡son sólo 300!, dicen algunos, aunque una basta y sobra para tomar riendas en el asunto. En fin, fue una mesa muy interesante y me devuelve a la importancia de lo simbólico y del discurso para evitar situaciones trágicas como esta. ¡Mujeres, no den su brazo a torcer! Sé que uno se desalienta, sí, me pasa, pero es necesario seguir. Por ejemplo, vi los expedientes secretos y quisiera que por favor la creatividad humana dejara de asesinar mujeres en aras de los más vanos entretenimientos, especialmente cuando nisiquiera la trama lo justifica. ¿Cómo atacar la violencia sin caer en la continua marginación de la mujer, evitar hacerla más vulnerable, borrar el mito de que cualquier mujer puede ser violada, mutilada, abandonada, sin ningún castigo? Es una paradoja, lo que me queda claro es que la violencia es uno de los principales yugos que tenemos que enfrentar y no ojo por ojo, sino en el nivel de lo simbólico, digamos palabra por palabra, sinrazón con razón. Cuando un cineasta se preocupe por hacer coherente su película y pueda pensar en algo más que asesinar a muchas mujeres de manera brutal es que algo habrá cambiado en este mundo. Mientras, no vayan a ver los expedientes secretos, de verdad les digo. El lado bueno, porque todo tiene un lado bueno felizmente, es que el sábado fui a ver la exposición de contemporáneas de Frida y me alegró ver a tantas mujeres artistas: fotógrafas, pintoras, escultoras, maravillosas, que han hecho cosas bellas e imborrables, claro que rabié un poco por lo pequeñita de la exposición, pero pues así poco a poco se hace escuela. Haré un artículo sobre esto así que se los pasaré luego para que las vayan conociendo. Pero mientras la foto de esta entrada es de una de ellas, Nahui Olin y aquí va una galería fotográfica de su obra, muy buena. http://www.caf.edu.mx/galeria/main.php?g2_itemId=3185 ¿Cómo se puede borrar a media faz de la humanidad? Se puede, por eso nenas, no dejen de dar la cara y ustedes, nenes, no se sientan excluidos que pueden hacer de esta lucha la suya. ¡Besitos revolucionarios compañeros(as)!

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