lunes, 6 de julio de 2009

México-Lima-Buenos Aires y viceversa


Paso una pésima noche sin poder dormir, pensando en cosas que me van faltando meter en la maleta y haciendo anotaciones mentales. De igual modo olvido un libro sobre aborto que estaba leyendo. Me recoje el taxista, como siempre te dicen un precio y resulta otro, pero llego muy rápido y el chofer es muy amable. Al entrar hago una fila, tienen un aparato que te mide la temperatura, imagino que por la influenza. También hay una balanza para pesar el equipaje desde la entrada, me doy cuenta que pude llenar más mis maletas, la grande pesa sólo 19.700 kg y la más pequeña 20.00 kg, al menos podía poner unos tres kilos más en cada una, ya ni modo. Checo y me cobran un impuesto de salida de turista de US$20, nunca me lo habían cobrado, al parecer usualmente está incluido en el pasaje. Voy a sala de espera pero no traje mi clave de la internet de casa y sólo me dan una hora gratis los de telmex, ¡se pasan! Hago el vuelo hasta San José de Costa Rica, me dicen que el gate es el 8 pero en mi pase dice 9. Así que como no veo nada en el 8, antes de sacar la compu voy al otro y ya estaban embarcando. Me subo casi de las últimas y me dicen que he sido ascendida a clase ejecutiva. Así que tengo mi primer vuelo en primera clase, súper bien, los asientos son más grandes y cómodos, te sirven las bebidas que quieras y te dan la comida en platos bonitos y con pancito caliente con mantequilla. Leo mi libro de Nahui Olin, descanso un poco y luego veo la película Guerra de novias, una película tonta pero que me distrae para no estar nerviosa en el vuelo. Llego a Lima sin problemas, bajo de las primeras, paso migración súper rápido, recojo mi maleta al instante, pero mi mamá no llega, la espero un ratito y felizmente no se demora más. Al llegar no siento el frío, pero está nublado como siempre. Como comí en el avión ya no como llegando a casa, acompaño a mi mamá a almorzar. Saco las cosas de las maletas, cuando las pones parece que llevas un montón de cosas y ya al llegar se ve poquito. Llamo a Rodo que queda en pasar más tarde. Así que con calma me baño y me cambio, ordeno las cosas. Como se demora me da hambre y me como un poquito de quinua con arroz, muy rico, con paltita como me gusta. Nos vamos a Hiraoka y me compro mi nueva cámara Lumix, está linda, pero no puedo usarla inmediatamente porque hay que cargar la bateria, la primera vez por ocho horas. Así que nos vamos a Pueblo Libre, a Los heraldos negros por una cervecita (Cuzqueña por supuesto) y canchita. Estamos ahí hasta como las once, me acuesto a media noche. Al día siguiente me levanto temprano porque vamos al encuentro entre feministas. Estamos ahí hasta la tarde, de ahí nos vamos a la marcha del orgullo. Me doy cuenta de varias cosas necesarias para que la marcha sea mejor, pero igual la disfruto lo que se puede (esperen boletines al respecto, mientras foto del espíritu andino invocado). En la noche volvemos a Pueblo Libre para celebrar el cumple de mi mamá, pero vamos a un lugar La Isla, que tiene música, así que bailamos hasta la media noche. Me tomo un pisco sour por Montse, de ahí cuzqueñita, comemos tequeños. Al día siguiente nos cuesta levantarnos pero llegamos al encuentro nuevamente. Ya no me quedo en la tarde porque me voy con mi papá a almorzar chaufa de pescado. De ahí regreso a casa, recién puedo ponerle crédito a mi celular. Hablo con Rocío, con Luz, con Hipólito y con Ricardo, quedamos vernos a mi vuelta. A Ibis no la ubico, ni logro llamar a Tabata. Alisto mis cosas para el viaje a Buenos Aires, respondo algunos mails pendientes. Me acuesto porque estoy muy cansada. El lunes temprano me baño y meto lo que falta a la maleta, desayuno un poco de fruta y pan con palta. Viene el taxi por mí y me voy al aeropuerto. Hay una cola muy larga, pero abren nuevas ventanillas y me atienden rápido, así que me pongo a escribir y a la compu mientras espero. Me da un poco de nervios llegar a Buenos Aires sola, pero pues ahí voy.

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