viernes, 24 de julio de 2009

Memento Mori


El sábado vegetamos toda la mañana, a las 2pm salimos hacia el Café de Tacuba para reunirnos con los papás de Rubén a almorzar. Los esperamos como una hora, comemos quesadillas mientras tanto. Cuando llegan pido sopa de tortilla y chile relleno, pero el chile es muchísimo y muy picante así que no me lo puedo acabar. Cuando ya hemos acabado de comer llega Mario, así que terminamos saliendo como a las 5pm. Queremos pasar a Balderas pero empieza a llover así que nos vamos a casa, descansamos un rato y a las 9:00 vamos a la fiesta de boda de unos amigos de Rubén. El salón muy bonito, yo no tengo hambre así que sólo como la entrada que es de brócoli, luego empieza el baile, todo va bien hasta que se pegan con Timbiriche como cuarenta minuto. Después de eso que ya es media noche nos vamos que andamos muertos de sueño. El domingo en la mañana vamos a casa de los papás de Rubén para desayunar con ellos, desayunamos pambazos. Nos quedamos viendo tele, Mario nos enseña algunos cortos en los que ha participado como Nación Apache, que está bien, en cambio vemos una que no me gusta, Sombras del cielo. Pensamos que no podríamos ver a Margarita pero llegó el sábado en la noche así que pasamos por su casa para irnos a Don Toño a comer pozole. Regresamos a tomar el cafecito con alfajores Havanna que les traje de regalo. Llegan luego Cynthia, José y Eva con Pequeñín y Pepe. Estamos ahí conversando, llega Santiago, Gina, nos traen un momento al gordito. Ya empieza a anochecer y nos vamos, justo cuando la lluvia se desata. Llegamos a casa a preparar todo para el día siguiente. El lunes es mi ponencia en la 53° ICA (Congreso Internacional de Americanistas). Es un caos la organización, aunque llego a tiempo a tomar el bus en Auditorio que me llevará a Santa Fe, llegamos súper temprano y no hay cafeterías abiertas, no están las personas que dan la información, no están los gafetes, ni nos dan el programa completo. Yo como mi fruta que llevé, como hace mucho frío ubico un café y me tomo uno, encuentro el salón en que me toca y ahí me quedo. Felizmente está ahí Cathy y es moderadora de mi mesa así que me siento un poco más tranquila. Las ponencias muy interesantes, pero sobre autora que no he leído, la mayor parte: Inés Arredondo, Guadalupe Dueñas, Carmen Boullosa. La mesa en la que yo participo sale todo bien, una de las ponentes habla del libro de Verónica Murguía y como está presente la autora el diálogo gira en torno a su obra, que yo lamentablemente desconozco, pero me quedo con la curiosidad de buscarla. Desde la mañana me entra un dolor de estómago muy fuerte, creo que por los nervios porque cuando acaba la mesa de la mañana y me voy con Cathy se me va pasando. Llego a casa y me hago unas quesadillas con champiñones. Avanzo un poco los pendientes, en la noche vamos a comprar algunas cosas a Lacomer. El martes decido no ir al ICA, avanzo varias cosas y me voy cargando los libros para la presentación. Voy temprano porque debo pasar a la biblioteca del Colmex y de ahí almorzar con Lucía. Mientras la espero ojeo los libros en la librería del FCE, encuentro varias cosas que ya están agotadas en otras librerías. Con Lucía vamos a La buena tierra, un restaurante vegetariano buenísimo que yo recién vengo a descubrir, pedimos una ensalda de ceniza, con queso cabra, y un sándwich vegetariano buenísimo, además de una agua natural muy rica. Conversamos largo rato, muy a gusto, nos ponemos al día de nuestros viajes y proyectos. Salimos un poquito a las justas hacia el Colmex, instalo la mesa, ya están ahí Ana María y la familia de Rubén: Margarita, Eva, Pepe, Alex, Marthita, Hilda, más tarde luego llegará también el papá de Rubén. Llega Rosana con un amigo, Rubí, con una amiga, Oli, Elo que se vino desde Puebla (pero sin Rogelio que está resfriado), algunas chicas del PIEM, Soledad, Ishita, Fernando y hasta Gaby. Estoy muy contenta. Lucía lee un texto muy interesante, de ahí yo leo “Poema del manicomio” y “Naturaleza muerta” (en la foto con Ana María y Lucía). Rosana me hace una pregunta de la diferencia con el libro anterior. Al salir varias personas comprar el libro y me la paso haciendo autógrafos. Es temprano y hay ánimos así que nos vamos a Coyoacán a celebrar a El hijo del cuervo, con Rosana, su amigo, Fernando, Gaby, Elo, Lucía, Oli y yo, luego llega Rubén y más tarde nos juntamos con Cynthia para ir al sushi. Es un linda muy bonito y lo he disfrutado mucho, logro recuperar algo del dinero invertido en el libro pero sobre todo me gusta el interés de las personas y su afecto.El miércoles me levanto otra vez temprano para ir al ICA, estoy toda la mañana ahí, escucho a Cathy, a Ana Clavel a quien invitan para un diálogo y las ponencias del medio día que me parecen son las menos buenas, pero igual con algunos puntos interesantes. Logro que me den mi maletín y demás parafernalea, además de un regalito que son dulces típicos. Me encuentro con Rubén en el centro comercial para almorzar y de ahí me voy a casa, llego tarde y cansadísima. En la noche vamos al Office Depot por algunas cosas que nos faltan para empacar. El jueves termino de empacar y de revisar el boletín, voy al Fonart y al FCE, almuerzo con Elo, unos deliciosos tallarines con salmón, alcaparras y aceitunas, además de una ensalada de tomate con queso y una de zanahorias con naranja y pasas. Nos tomamos unas cervezas, conversamos un poco, de ahí nos vamos a Plaza Universidad para comprar unos zapatos fancys para Elo. Llegamos a casa como a las 7pm, llega Rubén, luego Alejandro y se ponen a practicar la canción que me tocarán (en honor al nuevo libro). Llega Cynthia, Gaby y Fernando. Al rato salen a tocárnoslas, Elo ya se ha ido y Oli no alcanza a llegar. Nos quedamos conversando y yo termino luego de empacar. El viernes inicia mal con la noticia de que han robado en Runa y en casa de mi mamá, así que hablo con Zoila y estoy muy intranquila. Sólo alcanzo a terminar de organizar algunas cosas para la partida y atraso mi salida de vacaciones del sábado para poder coordinar todo en casa al llegar. Oli felizmente se ofrece a llevarme al aeropuerto. Mara me llama para vernos antes de mi salida. Le tengo que decir adiós al DF. Aquí acaban estas crónicas defectuosas, con el inicio de los cuadernos de azufre y miel.

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