lunes, 23 de febrero de 2009

Contingencia ambiental


Empezó la semana con contingencia ambiental, es decir, se superaron los límites permitidos de contaminación, por lo que no era posible hacer ejercicio físico al aire libre por riesgo a daños a la salud. Eso derivó en que se me congestionó la nariz horriblemente. El lunes fui a hacerme el análisis de sangre como había prometido pero todo salió en orden, al menos según los rangos que decían en el papel, tengo de hemoglobina 14,7, supongo que eso es bueno. Toda esta semana he estado dedicada casi completamente a los boletines, aunque he logrado adelantar algo de mi investigación y otras cosas personales. El martes fui al colegio a una conferencia de Clément Rosset que tenía muy buen título “Identidad social, identidad personal, ¿existe una diferencia real?” pero la verdad me decepcionó un poco su acercamiento, más bien anecdótico y asumiendo que sólo existía la identidad social pero sin sustentarlo debidamente. Lo bueno es que vi a Rubí y conversé un rato con ella, lo malo es que comí en el colegio y no había menú vegetariano, así que comí puras “sopas” (es decir entradas) y ensalada. Además en la noche se cortó el agua, aunque el corte sólo estaba programado para el último fin de semana del mes. Fui al cine a ver Coraline que me gustó mucho, pero no está dirigida por Tim Burton. Ya el miércoles más o menos se regularizó el agua y pude cocinar, hice chupe verde que me quedó muy rico y cau cau de tofú. Aparte, el miércoles fui a visitar a Gaby en la nochecita un rato, nos la pasamos bien, con un vinito y quesito que nos tenía preparado Fernando. No había comentado que justo el fin de semana pasado entendí la diferencia entre la comida peruana y la comida mexicana, lo que comes aquí lo puedes comer en cualquier restaurante, casi todos tienen exactamente lo mismo, más o menos rico, en cambio en Lima hay especialización y diversidad, vas a comer un platillo a un lugar específico y otro a otro lugar específico, creo que en eso se resume toda mi frustración culinaria en este país. Así que cuando me dicen, ¿qué quieres comer?, pues la verdad mis opciones son tan limitadas que termino comiendo siempre lo mismo. El jueves me quedé frustrada por no poder llamar a Luz por su cumpleaños y es que dejé mi agenda del año pasado y mi directorio en Lima, de ahora en adelante anotaré todo en el yahoo para evitar estos problemas. En fin, ¡feliz día mi lucesita linda! Lo bueno es que hablé con Rodo, lo llamé dado que no me contestaba mis correos y hablamos un buen rato, él de su lado pegado al ventilador, yo con pashmina encima y mucha agua con limón y miel. Además tuve que tomar una gran decisión, entre ir o no al Seminario de género con Marta Lamas. Los pro eran que Marta Lamas es una teórica reconocida (para algunos eso era lo negativo), que me parecía bueno tener un espacio de debate con otras personas, pero lo malo es que como no ha hecho programa no sé qué se leerá y puede que muchas cosas yo ya las haya leído y de hecho las lecturas que había realizado ya, no me convencieron, han entrado al tema por el nivel antropológico, que es el más consabido, yo hubiera preferido que entraran problematizando los conceptos. Y conociéndome, si me metía no iba a dejarlo aunque sintiera que no me aportaba nada, por otro lado, tengo en realidad mucho que avanzar de mi investigación y considerando el trabajo, el seminario igual me quita mucho tiempo por las lecturas que no son pocas. Aunque el grupo era bueno, también era muy disímil y eso evita que la discusión sea más especializada. Así que finalmente terminé decidiendo no ir, lo cual significa que no tengo excusa para no ponerme las pilas con mi investigación, pero ando muy dispersa, así que he retomado mi proyecto de novela, a ver si como Arguedas, a dos manos el deber se hace menos atroz. En la noche quise ver Madagascar pero no funcionó el disco, así que me tuve que conformar con El espantapájaros (Scarecrow) con Al Pacino jovensísimo y Gene Hackman más joven que ahora. Es una película de 1973 y la verdad me hizo enojar tanto, muestra algunas fasetas violentas y absurdas masculinas que a mí simplemente me aburren. El viernes, siguió el problema del agua y encima salió en el periódico que hay sequía y se cortará más el servicio (pucha), pero felizmente hubo suficiente para bañarme, ponerme bonita y hacer mis famosas hamburguesas de portobello (es muy fácil, les puedo pasar la receta). En la tarde fui a ver Quisiera ser millonario de Dany Boyle y está buenísima. Es en términos sencillos una historia de amor pero está muy bien contada y además se mezcla con la condición de extrema pobreza en la India, me gustó muchísimo, se las recomiendo. Tiene cosas muy fuertes pero de verdad está muy bien contada. En la noche era la celebración del cumpleaños de un amigo de Rubén así que estuvimos en El (otro) río de la plata, es una cantina en el centro de la ciudad, están de moda. De ahí nos fuimos al Tenampa, que es famoso porque por ahí pasaron todos los cantantes mexicanos célebres, tocan mariachis y está en la Plaza Garibaldi (claro que es un poco cariñosito). El sábado me fui a la peluquería a cortarme las puntas no más, pasé a casa de Gaby para ver cómo estaba de su operación, pero está muy bien. Y estuvimos en casa de los papás de Rubén lavando ropa, por cierto que llovió lluvia ácido que lo único que hizo fue ensuciar todo. El domingo íbamos a ir a Tepoztlán a ver los carnavales pero falleció una tía de Rubén y entonces no se pudo. El domingo también empezó a hacer un frío horroroso, así que a volver a sacar abrigos, colchas y chompas, así están el clima de loco.

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