jueves, 12 de febrero de 2009

Enseñanzas de Blancanieves


El libro (El padre de Blancanieves de Belén Gopegui) venía con muy buenas referencias, de Rodo y mi mamá que ya lo habían leído, y con un significado muy especial porque me lo dejó mi bella Montse antes de volver a Barcelona. Confieso que al principio no me atrapó y hasta me decepcionó un poco porque la prosa era bastante elemental, pero entonces me ganó el problema planteado, la lucha representada, cómo enfrentar el mundo en el que habitamos, qué salidas, qué ideas nos deben guiar. Y aunque el final no me gustó para nada, me pareció un poco abrupto, sí me parece que lo que se quería plantear y dejar como interrogante ahí estaba.

No sé por qué Rodo piensa que es un libro feminista, yo no lo plantearía como tal, en todo caso, no lo restringiría a un solo movimiento, me parece que plantea cuestiones interesantes para cualquier tipo de agrupación, grupo, comunidad que se plantee seriamente cambiar el mundo.

Sin embargo, una frase me pareció muy apropiada aplicada a ese contexto de las mujeres, no porque sean las únicas en caer en esos traspiés, sino porque al menos desde mi experiencia así lo he vivido. “Censurar el acto pero no a la persona que lo comete (…) si no los separamos desaparecería la confianza, el valor de rectificar, el aprendizaje”. Creo que en eso se reduce para mí, la posibilidad de que un grupo, de cualquier clase, pueda mejorar, subsistir, avanzar. Creo que también tiene mucho que ver con las enseñanzas de Brahma Kumaris, del pensamiento positivo, de no quedarse con lo negativo, sino dejar que permanezca lo bueno, lo que cada quien tiene en su espíritu de genuino: la paz, el amor, la armonía. Es un proceso difícil, creo que he caído muchas veces en ello, que he reducido a las personas a sus errores y no he sido capaz de ver más allá, pero ahora siento que sin saber estoy ya en esa dirección, lo que Oli dice es una de las enseñanzas de la educación para la paz.

Esto no es lo único interesante del libro, por supuesto, también un cuestionamiento económico que quizá nos ronda pero al que todavía no le damos la verdadera dimensión y está en nosotras y nosotros cambiar, como dejar de beber Coca Cola (sí, dejarla para siempre), por lo que hay detrás, por lo que hay delante. Y claro, si fuéramos radicales tendríamos que tener un huerto y vivir de otra manera completamente distinta, pero creo sinceramente que a la larga será posible. En fin, no les contaré el libro, por supuesto, sólo les comparto algunas citas. Creo que lo que señalamos en un libro, la forma de configurar nuestra pantalla de la compu, en fin, cada uno de esos gestos cotidianos, traducen de manera clara y sincera lo que somos y en qué estamos, así que ahí van algunas frases que espero los inviten a esta lectura o a otras:

“Según parece se es de izquierdas por la razón y se es de derechas por el interés”.

“Es que la razón siempre se pierde un poco cuando se llega a un punto en que, para tenerla, te alegra que las cosas vayan mal”.

“Estamos colonizados por las empresas, por una forma de entender la economía que nos impide decidir qué clase de país queremos”.

“Ahora mismo daría todo mi mundo porque estuvieras aquí y me abrazaras con fuerza. Luego, me arrepentiría”.

“No imaginaron ningún después, apenas el cuerpo ajeno excitando la excitación que ya sentían”.

“Es posible que me aferre a ella porque en la noche, a excepción de su cuerpo, todo lo que me rodea es precipicio, abismo”.

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