martes, 6 de enero de 2009

Familia Guerrero García en Perú


El miércoles me quedé en casa avanzando mi ensayo para el seminario de frontera, pero no estaba nada inspirada y no pude adelantar mucho. El jueves vi a Inés en la noche después de tener ya un borrador coherente de mi ensayo y salimos un rato a San Antonio para conversar, luego pasamos por casa de su mamá para ver a Danilo. El viernes iba a ver a Luz en la nochecita pero me canceló porque será el aniversario de sus papás, cumplen 33 años de casados y les están planeando una fiesta sorpresa, así que tenía muchas cosas que preparar. También era la celebración por el doctorado de José Ignacio, pero Rodo ya no estaba con ganas de ir, felizmente hablé con Hochi y nos pudimos encontrar ese día, después de dos años y medio de no vernos. El sábado tuve una reunión de Runa en la mañana por la llegada de Beli para ver la continuidad de los proyectos, luego almorcé con mi papá y me fue a comprar mi regalo de navidad: unas zapatillas Merrell. En la noche fuimos al lanzamiento de un disco que ha hecho Abrahamcito en homenaje a un compositor peruano, estuvo muy interesante, es música contemporánea y a veces es rara pero la disfruté mucho. El domingo armamos el arbolito y envolvimos regalos con mi mamá, además de que organicé mi ropa para mudarme a mi habitación nuevamente, hice inventario de discos y guardarropa (para saber lo que tengo aquí y allá y no hacerme bolas). Almorzamos con mi tío Pepe, fuimos al Gramadal para quitarme el antojo del tacutacu con pescado que me quedé sin comer la semana pasada. Y de ahí regresé a avanzar con mi informe del fin del proyecto y mi otro artículo, para no estar tan apurada el lunes que tenemos reunión toda la mañana en runa de planificación y en la tarde tengo que acabar mi libro con Rodo, antes de la llegada de Rubén que es el martes a primera hora.

El lunes fue un día muy largo, estuve tratando de encontrar a Maggie y no pude, así que resolví con Rodo que el libro no podría salir para la fecha en que pensamos en un inicio. Pero igual ya lo dejamos listo y pudimos salir por una cervecita en la noche. El martes llamé a Gaby para saludarla por su cumpleaños. Y no pude recoger a Rubén porque felizmente me di cuenta de que mi brevete estaba vencido, así que mi mamá tuvo que ir en el auto por él al aeropuerto, si yo hubiera ido manejando me hubieran detenido el brevete y el carro, ufff. Con Rubén desayunamos en San Antonio y de ahí nos fuimos a Minka, fue una visita turística porque pudo ver varios productos y además tomar chicha de jora (que no le gustó). De ahí pasamos también a Metro por algunas compras. Almorzamos con el pleno de Runa en una cevichería cercana a la casa. En la tarde nos fuimos al depa a ver a Ibis y a Boris y de ahí nos juntamos con Danilo e Inés en Barranco con unas cervezas. El miércoles fuimos a desayunar con Rocío, a hacer algunas compras que nos faltaban y en la tarde a cocinar para navidad. Cenamos temprano y llegamos a las 12 muy cansados, así que a la 1 todos nos fuimos a dormir. El jueves visitamos a mi papá y comimos un rico ají de gallina que preparó para Rubén. De ahí descansamos antes de ir a recoger a los papás de Rubén al aeropuerto, otra vez con mi mamá porque yo no tuve tiempo de renovar la licencia en dos días. Con los papás de Rubén desayunamos con mi mamá, de ahí fuimos a caminar por todo el malecón, desde el parque María Reiche hasta Larcomar, donde nos tomamos un juguito. De ahí estuvimos en casa de mi papá, que les preparó un lomo saltado muy rico y en la noche nos fuimos al Brisas del Titicaca con mi tía Teresa y Yolanda que también nos acompañó. El sábado fuimos al centro de Lima, subimos al cerro San Cristóbal, comimos pollo a la brasa y nos fuimos al parque del agua. Al día siguiente salimos a Cuzco donde nos esperó un buen clima, llegamos a Machu Picchu sin problemas, paseamos y conocimos hasta cansarnos, aunque no me fue posible por cuarta vez subir al Huayna Picchu, ahora dan tickets a las 7 y 10 de la mañana y si no estás a esa hora no puedes subir. También tuvimos un problema con el hospedaje pero el taxista nos consiguió otro lugar al final de la avenida El Sol. El 31 sí llovió mucho y no podíamos ni salir del hotel, así que la recibimos tranquilísimos, pero el 1 llegamos a Lima, después de un breve retraso en el vuelo, y celebramos con ceviche y cervecita, todo muy rico, rematando con un paseito por la punta y un helado en la Speciale. Al día siguiente nos fuimos al turístico distrito de La Victoria para hacer compras en Gamarra, comimos en el barrio chino, pero ni a Rubén ni a sus papás les gusta mucho la comida china, así que ya no insistiré. En la noche paseamos por Miraflores, dejamos unos encargos en casa de la mamá de la jefa de Rubén, Mónica, que resultó una persona muy simpática así como su esposo. Y terminamos tomando un pisquito en La Rosa Naútica. El sábado fuimos a Mesa de piedra en Cieneguilla donde comimos un montón y todos quedaron muertos en la noche, quisimos ir a Barranco pero nadie se despertó. Pero el domingo después de ir al museo de antropología e historia, pasear por ahí, tomar una cerveza en el Queirolo, en la nochecita fuimos a Barranco, al puente de los suspiros y al malecón. El lunes estuvimos en el centro haciendo compras, almorzamos en El Bolivariano donde también pasó Alan García a saludar a nuestros invitados mexicanos y ya en la noche nos quedamos en casa con otro pisquito. Creo que el viaje les gustó mucho a los papás de Rubén y a Rubén que esta vez sí pudo disfrutar de Machu Picchu como es debido y esperamos que pronto puedan volver porque como siempre quedó mucho por hacer, comer y conocer.

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