jueves, 11 de diciembre de 2008

Cuatro días


El lunes estuve haciendo la traducción del boletín y avanzando un poco mis ensayos, en la tarde fue la sesión de despedida del Seminario de Crítica cultural y género, así que estuvimos un rato conversando, de ahí fui al cine con Rubén a ver Nick y Nora, una película muy bonita sobre dos adolescentes, que no es la típica película tonta de adolescentes. El martes fue la última sesión del Seminario de Frontera y Ciudadanía con Rossana, estuvo interesante, comentó algunas cosas sobre Chile que me sorprendieron mucho. Ella es una chilena muy crítica de su país y lo considera un espacio excesivamente clasista y discriminador, persecutor de sus indígenas. También comentó que aunque la ley del divorcio ya se aprobó en la práctica es imposible hacerlo y varias cosas que me sorprendieron mucho porque pensé que era un lugar mucho menos machista y sexista. De ahí almorcé con Lucía, desde que llegué no habíamos tenido tiempo de conversar con calma y recién ahora lo pudimos hacer, fue una conversación divertida e interesante. Existe el proyecto de que el próximo año dictemos parte del seminario juntas e incorporemos más temas de literatura para leer y analizar a varias escritoras latinoamericanas, como por ejemplo Magda Portal. En la noche fuimos a ver la película de Woody Allen, Vicky Cristina Barcelona. Las tomas de Barcelona me encantaron, a los cinco minutos ya Rubén me había dicho que ahorremos para ir el otro año para allá, ojalá. La ciudad se veía bellísima, ya había dicho Woody que si no te gustaba la película al menos te gustaba la ciudad. La película no me gustó mucho, tiene algunas cosas interesantes pero me parece que se ha vuelto muy complaciente Woody en relación con el público, habiendo iniciado como un director independiente y crítico, da en la yema del gusto poniendo a besarse a Penélope Cruz con Scarlett Johanson, aunque es muy discreto en las escenas sexuales, como siempre, con una historia que sólo se sostiene a medias y que no tiene ni la profundidad ni el humor que alguna vez fue capaz de producir. El miércoles estuve trabajando todo el día y en la noche salimos con Gaby para conocer a Fernando, su novio. Su historia es bonita porque estuvieron en la universidad como cinco años y de ahí él se fue a Estados Unidos, por lo cual tuvieron que romper pero en todo este tiempo de lejanía sólo se han reafirmado en sus sentimientos, así que Fernando finalmente renunció a su sueño americano y elegió uno más real en el DF con Gaby y ahora han empezado a vivir juntos en Mixcoac. Me cayó muy bien Fernando y se les ve muy contentos a los dos. Nos fuimos a comer al 10 y de ahí estuvimos un rato en su depa tomando una cerveza. Estuvo bonito, pero habrá que esperar a que yo regrese para que él conozca mi depa y para hacer más cosas juntos. Pero me alegra mucho que tengamos una pareja amiga con quien salir y compartir. Y hoy jueves estoy tratando de acabar mi ensayo pero sigo algo entrampada, así que supongo lo terminaré en Lima, como no quería. Rubén tiene hoy su fiesta de fin de año en su oficina. Nos recogerá su mamá en la noche en el auto para irnos al Estado y de ahí salir en la madrugada al aeropuerto. Lo malo es que me ha dado esa penita tonta de querer estar aquí y allá al mismo tiempo. Mañana es la fiesta del Colmex y es también cumpleaños de Fernando, es posible que Gaby pida el día para que vayan juntos a tomar, bailar y comer gratis, Rubén va de todos modos con sus amigos; pero yo no estaré, en cambio estaré con mi mamá, iré a la feria del libro, estaré en la presentación del libro colectivo en el que participé sobre Simone de Beauvoir y veré a muchos de mis amigas y amigos que no veo hace tiempo. No se puede tener todo en la vida.

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