lunes, 9 de marzo de 2009

El lago de los cisnes


Lo de sin problemas de agua, era falsa alarma, porque todo siguió más o menos igual. El lunes fui a la biblioteca del PUEG porque resulta que lo remodelarán y por tanto estará cerrado hasta junio (¡plop!) Así que pidieron que pasáramos a buscar algunos libros que necesitáramos para tenerlos en nuestra custodia. En la noche vi la película que me prestó Gaby, Cosas que hacen que la vida valga la pena, una española divertida, una historia de amor como supondrán. El martes estuve en casa avanzando mi investigación, con algunos de los libros que me llevé de la biblioteca ya pude armar un marco teórico interesante y una estrategia de interpretación. Acabé Rito de iniciación que en términos generales me decepcionó en cuanto a la historia, aunque el estilo es muy bueno, pero a veces exagerado. Tiene una parte muy interesante en que dialogan varias mujeres escritoras, creo que eso y el primer capítulo son lo mejor. Al final del libro hay un ensayo que glorifica el libro en exceso, según mi parecer, aunque claro que hay que verlo en su contexto de creación, pero creo que sin olvidar su contexto de publicación, un poco tardío dado que es una novela que se creyó quemada y se recuperó hace pocos años. El miércoles continúa el trabajo pero hablé con Paty al skype en la tarde tomándonos unas cervecitas. Empiezo a leer Corazón de tinta, me captura al instante. El jueves trabajo y más trabajo, reunión de debates sobre género con el equipo de diversidad sexual vía skype. En la noche paso por Gandhi buscando un libro de Cixous pero no está. Salimos con Rubén a Las Yardas por pizza y cerveza para conversar seriamente sobre nosotros. El viernes tengo que ir al PUEG por el contrato para que me paguen por un dictamen que hice sobre un libro el año pasado. Oli me ha prestado su nombre y sus recibos por honorarios así que tengo que regresar el lunes con el documento firmado. Comemos en El Hostal del Queso (que es el nombre de un restaurante de tacos) pero no nos convenció. Nos vamos al Estado de México a casa de los papás de Rubén a lavar ropa, felizmente no nos cogió el tráfico, aunque en el paradero esperamos el bus casi una hora. Como es la hora punta los buses no quieren salir y otros están esperando a que lleguen sus novias para salir (doble plop). El sábado regresamos al DF para ir a escuchar al grupo de Alejandro Feed Back, que tocó en una kermese de la iglesia, estuvo divertido; antes hubo un grupo que imitaba a Los Beatles. De ahí nos vamos a La cantina de los remedios por unas cervezas, después de haber dejado al baterista en su casa por la zona rosa. El domingo voy temprano a desayunar con Oli y conversamos largo rato. Estuvimos conversando sobre Quisiera ser millonario y le dije que la escena que no me gustó en lo absoluto es cuando se reencuentran con la niña y viene el hermano de Jamal, lo saca de la habitación y como insiste lo amenaza con la pistola, ella en vez de ponerse del lado de Jamal le dice que se vaya. Esa “traición” aunque se haga en nombre de la seguridad de él, es lo peor, porque lo defrauda en lo único que él cree cierto, su amor, su destino, su dignidad. Me revela encontrar siempre mujeres sumisas, que no se resisten, que se entregan con las piernas abiertas. Sí, como dice Oli está justificado en la construcción del personaje, una niña siempre obediente y nada rebelde, está bien, pero es que hay que hacer un ejercicio por pensar en mujeres de otra laya, mujeres necesarias, mujeres que existen y que son invisibilizadas. Además es el cuento de la princesa en versión moderna, ella sólo puede ser pobre (prostituta) y es salvada por un hombre (el mafioso) para luego ser salvada por el verdadero amor (Jamal). ¿Y con eso nos tenemos que conformar? ¿Por qué es tan díficil para Danny Boyle o quien sea pensar en personajes consistentes y hacerlos efectivos y no repetir lo mismo de siempre en cuanto a las mujeres se trata? Es lo que yo, como mujer lectora y expectadora demandaría. A ver si con el mismo ahínco con el que creó un relato cinematográfico destacable, puede empezar a pensar que las mujeres pueden salir del binomio belleza/amor, como su único horizonte posible de existencia. En la tarde exposición de los Zares en el Museo de Antropología e Historia, gratis y muy bonito, ¡cuánta riqueza!, seguro que por eso, en oposición surgió la revolución. Por otro lado me apena porque en los países latinoamericanos, también había mucho esplendor, pero todo fue saqueado y quemado, obras en oro derretidas, y así en el imaginario colectivo sigue quedando solamente el recuerdo y los vestigios de lo occidental y nos arrebatan parte de nuestro pasado. Almuerzo a las 6:00 en el Palacio de Hierro y de ahí El lago de los cisnes en el Lago de Chapultepec. La escenografía y toda la atmósfera es preciosa. Pero, dejaron entrar a gente que llegó muy tarde y eso distrajo mucho, además no había orquesta en vivo, lo cual es un gran desmérito y pues, a los bailarines hombres se les notaban sus carencias artísticas, aunque a mí las bailarinas me parecieron buenas.

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