Esta semana fue de intenso trabajo en Runa para terminar de hacer el plan de trabajo de este año y entregar informes en inglés del periodo pasado. Además de que tuve que hacer el Boletín Transformando de enero. El lunes fue la despedida de mi tía Martha en casa de Yuly, me gustó mucho ver a personas conocidas y queridas después de tiempo y darme cuenta de la suerte que tengo de ver a mi tía aquí y allá. El martes tuvimos un taller sobre derechos humanos en la oficina, nos explicaron los procedimientos de las detenciones, me pareció importante saber qué hacer en caso de retención indebida y qué derechos se pueden exigir que se cumplan. En la noche vi a Paty (Vera) que está de paso por Lima y a Luz, las dos amigas mías del colegio, luego llegó Milagro pero ya no la pude ver porque tuve que salir volando a hacer una entrevista a María Ysabel, como parte del trabajo en el que estoy apoyando a Rocío. El miércoles recogí mi visa para Guatemala en la mañana, finalmente, y en la noche me encontré con Mikaela, después de varios intentos fallidos de vernos y luego pasé por casa de Rocío para dejarle la grabadora pues ella haría una entrevista al día siguiente. Nos quedamos conversando un buen rato sobre la vida, el amor y los hombres (y dejamos la reunión de trabajo para otro día). El jueves pasé por el depa para renovar el contrato y saludar a la señora María Victoria, también vi a Ibis y a Boris peludo. Aproveché que iba por ahí para citar a Antonio que no lo había visto aún, estuvimos un buen rato conversando, me puso al día de todos los cambios que ha habido en su familia en los últimos meses. De ahí me llevó a casa de mi mamá. El viernes salí con Inés, fuimos a Metro por cosas para el lonchecito y lamentablemente se dio cuenta ahí de que se le había perdido su billetera, así que volvimos a su oficina, a Vivanda y nada. Terminamos en su casa tomando una cervecita Zenda con cancha y pancito con queso, aunque en un principio pensamos ir a San Felipe tuvimos que ir a cancelar su tarjeta de débito. El sábado fui temprano con Miguelito y Ximenita, para ayudar a Claudia cambiando a Miguelito que salió de la piscina, ella estaba con Ximenita en natación también. De ahí fuimos súper temprano a Punto Azul, el que queda en Benavides y me sorprendió que a las 11:30 que llegamos ya había gente comiendo ceviche (seguro de resaca). Luego llegó mi papá y mi abuelita y para cuando acabamos de almorzar, a la 1:00 y salimos, afuera había una cola como de seis familias esperando para entrar. Todo estuvo muy rico y ameritaba la espera, pero me sorprendió lo temprano que había gente. Pasé un rato por casa de mi papá estuvimos con Miguelito y Ximenita leyendo cuentos, hasta que se pusieron a ver una película embobados. Me fui a mi casa porque iba a salir a comprar, pero al final me quedé ahí leyendo. Acabé los cuentos completos de Elena Garro. El domingo íbamos a ver a mi tía Teresa para acompañarla a echar las cenizas de mi tía Dora en Cantolao pero al final prefirieron ir solos porque Andrés no se acordaba de nosotras y es que en realidad lo hemos visto muy poco. Así que nos quedamos leyendo y ordenando, almorzamos en el chifa de la espalda para no salir muy lejos. Sólo fuimos a ver un depa en la costanera pero no estaba frente al mar y de ahí pasamos por metro para canjear una lupa por puntos bonus que mi mamá estaba necesitando. En la noche llegó Tabata para que la ayude a hacer su lista de panes y conversamos un rato. Empecé a leer un libro sobre teoría de la lírica y una revista dedicada a Elena Garro. Me quedó claro que debo leer Los recuerdos del porvenir que es referencia obligada y me sentí un poco mejor por haber adelantado algo para mi investigación y para el artículo del congreso de la CIA (Congreso Internacional de Americanistas, no piensen mal).
lunes, 19 de enero de 2009
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