Llegamos como a eso de las 11:00am a la exposición de Remedios Varo en el Museo de Arte Moderno que está por Chapultepec, fue buena hora porque no había mucha gente. La exposición simplemente maravillosa, en realidad no era muy grande, pero tenía varios cuadros que yo nunca había visto, además de que los comentarios de los cuadros eran muy precisos y ayudaban a entender mejor el sentido. Habían cinco temas (o llaves): surrealista, onírica, literaria, arquitectónica y mística. Me gustó tanto que me compré el libro de la exposición porque a decir verdad no me había dado ningún regalo de cumpleaños. Así me fui feliz como una lombriz. También vimos el resto de lo que tenía el museo, una exposición de realismo mexicano, un pintor abstracto mexicano Turnboll y una exposición de diseño de México 68, cuando fueron las olimpiadas. Como estábamos cerca de La condesa (ya se ve que es el point), almorzamos en El 10, el restaurante argentino más rico de pizzas, también llegamos a buena hora porque luego se llena y esperas como una hora para se atendida. Regresamos a casa caminando porque como he dicho estamos muy cerca. Y empezamos a alistarnos para el quinceañero. Quizá para quienes hayan visto la novela mexicana Quinceañera, la ceremonia no les hubiera resultado tan impactante, yo no la vi y supuse que era un quinceañero bastante parecido al nuestro, pero no, estaba con la boca abierta. Nada de vals tradicional, la quinceañera sale con sus bailarines y hacen una coreografía con una balada (que ella había escogido) y termina mismo show de las grandes estrellas, siendo levantada en vilo por los chambelanes, con chispas de colores alrededor. Pero eso no es todo, noooo, luego sale otra vez cambiada con jean, top y gorrito para bailar “Tú me dejaste caer y ella me levantó” y luego hace un súper change para bailar un merenge en vestido brillante, con bailarines a su alrededor todo el tiempo. No, eso no es todo, nuevamente sale de niña rosa y baila también con los meseros que vienen a servir la cena y si la gente no coge las servilletas (de tela, por supuesto) y le da vueltas en el aire no te dan comida. Todo, todo un espectáculo. De ahí sigue el baile, algunas canciones chéveres, de todo un poco: salsa, merengue, rock en inglés. En fin, poco más allá de la 1:00am termina todo, se encienden las luces. Fue un largo día.
domingo, 27 de julio de 2008
sábado, 26 de julio de 2008
El mercado, el petróleo y las tormentas
El viernes, como es sabido, es sábado chico, pero a pesar de la algarabía de estar por empezar el fin de semana, yo trabajé todo el día, hasta las 3pm y ni acabé lo que tenía que hacer, pero bueno. Fuimos con Rubén a comer al Sushi Rol, nuestro lugar favorito de comida japonesa. De ahí pasamos a Sears (que aquí no es Saga) y compramos una camisa para que Rubén se pusiera en el quinceañero de Fanny. De ahí fuimos por un regalo para Fanny, le compramos un polo manga larga con capucha muy moderno pero que no nos quisieron envolver (¡es el colmo!). Y fuimos a comprarme un celular, primero que nadie nos atendía en los puestos de Telcel, así que nos metimos al Sanborn’s (que es otro de los dominios de Slim, el segundo hombre más rico del mundo y es que México es un conjunto de Sanborn’s, casi en cada esquina hay uno). Ahí un señor nos atendió y explicó cada modelo y encontramos un ganador: un celular Samsumg ¡rojo!, que aunque estaba un poquito carolina, Rubén me lo regaló. Bueno, déjenme decirles que si se sienten mal porque la Telefónica les roba a mano armada con los precios de los celulares, llamadas y demás, la Telefónica es un bebé de pecho comparado con Telcel. Todo te cobran, te dan poquísimas llamadas gratis, te cobran por ver tu saldo, por los mensajes, por todo y caro, pero como es el celular que todos tienen si te compras la competencia (Movistar, que fue mi primera opción) te sale todavía más caro. Así que ni modo. De ahí fuimos a comprar a WallMart (como se dan cuenta este país está lleno de cadenas de servicios) y al salir había empezado una lluvia de aquellas. Volvimos a Plaza Universidad a ver Kunfú Panda pero no la daban en la noche y yo no quería ver Hell Boy 2, así que tomamos fuerza para regresar a la hora punta en el Metro. Felizmente había pasado la lluvia, pero el metro estaba recontra lleno y como andábamos con muchos paquetes, la solución fue que yo me fui en el vagón de las mujeres y Rubén en el de los hombres. En las horas punta se diferencian algunos vagones para evitar que a las chicas les metan mano so pretexto de que el micro va lleno (lleno va a Magdalena, porque vivo por Magdalena pero muero por Susana, como dice la canción de los Noséquién). Fuimos hasta Centro médico, hicimos cambio a la línea marrón y llegamos a Tacubaya. De ahí caminamos a casa un poco cansados. Ordené finalmente mi maleta y encargos y ya nos pusimos a configurar mi teléfono. Les cuento que a ustedes les cuesta sólo 1 sol llamar a mi celular en México, pero a mí me cuesta como US$2.5 llamarlos a ustedes, ergo: ¡llámenme! Bueno, ya les paso el número vía mail (por si acaso). Una cosa muy importante que tengo que comunicarles sobre México, ¡están a punto de vender el petróleo! ¡Noooooooooo! Les he dicho que no y que no, pero parece que a la gente no le importa mucho, yo creí que éramos nosotros los únicos tontos pero parece que la sociedad es así. En fin, habrá una consulta ciudadana este domingo, aunque dicen que es un saludo a la bandera porque no es de alcance nacional ni nada, pero igual ojalá que se resuelva que no se vende, pero es raro porque las consultas ciudadanas no son obligatorias por tanto no sé si mucha gente vote y finalmente ya sabemos quiénes toman las decisiones en este mundo. Si quieren saber del tema, ahí está el enlace: http://www.consultaenergetica.df.gob.mx/ Prometo fotos del quinceañero y de la exposición de Remedios Varo.
viernes, 25 de julio de 2008
México también es un pañuelo
Después de trabajar hasta casi las dos. Me encaminé hacia casa de Oli, iba a tomar un micro (pecero) pero tenía sólo 100 pesos en billete y el bus cuesta 2, de modo que caminé. Fui por todo Av. Patriotismo, estaba a más o menos 10 cuadras y el clima estaba templado, aunque luego sí me hizo calor. Oli me invitó unos tacos de huitlacoche que es el hongo que se forma en la penca de la tuna cuando hay lluvia, así que sólo se come en época de lluvias como es ahora. Luego llegó Rubén y los tres fuimos a casa Citlaltépetl, que es una suerte de librería y casa cultural. Estaba ahí Violeta y también Rossana, una amiga brasilera que resultó era amiga de Violeta. También mi amiga Mara que estuvo hace poco en Lima investigando a Blanca Varela. En la presentación estuvo Rocío Cerón que está casada con un peruano que resultó siendo economista, así que cuando supo que Rubén y yo teníamos muchas semejanzas nos vaticinó matrimonio. La presentación estuvo bien, al principio había poca gente pero al final había como 20 personas y se vendieron algunos libros. De ahí fuimos a un bar, el Matadero, que supongo se llama así porque la cerveza estaba carísima. Normalmente en un lugar caro cuesta 25 pesos y aquí estaba 35. Lo bueno es que era un lugar 100% libre de humo, pensé que eso valía la pena el precio pero ya me explicaron que ahora en el DF está prohibido fumar en los bares, así que fumadores empedernidos, abstenerse de venir de juerga al Distrito Federal. Me parece que el resto del país no adopta todavía la medida pero seguro que a la larga así será, a mí me parece fabuloso, perdón por los fumadores(as). Estuvimos ahí un rato conversando y lo curioso es que terminamos un grupo de aparentes desconocidos que resultaban relacionados por varios vínculos. De ahí nos tomamos un taxi porque en realidad seguíamos en La Condesa, que es la colonia donde vive Oli y que es una suerte de Miraflores, y eso es cerquita de la colonia Escandón donde está el depa de Rubén. El taxi nos costó 17 pesos que es muy muy barato para México (como 5 soles, la proporción es más o menos de 3 a 1 entre pesos y soles). Y después de todo el trajín del día terminamos muertos, al día siguiente había que levantarse temprano pues todavía nos esperaba un día de trabajo antes de unas breves vacaciones.
jueves, 24 de julio de 2008
Estas son las mañanitas
Primer día en el Distrito Federal, mejor conocido como el Defectuoso, por quienes lo habitan y lo visitan. Apesar de los breves contratiempos antes del viaje: la falta de tiempo, las negociaciones con la Municipalidad de Lima para que me paguen por un trabajo hecho hace meses, las ganas de ver y abrazar a todos (aunque la lejanía vaya a ser corta), el que mi celular estuviera fuera de servicio desde la noche anterior a mi viaje (reclamé y se arregló, pero eso no evitó el mal rato y los problemas de incomunicación); en fin, aterricé con tranquilidad y sin haber podido descansar lo suficiente. Suponía que algo me dirían en migración, alguna mirada suspicaz, la interrogante de qué hace usted aquí, a qué ha venido, algo por el estilo, pero la verdad creo que me fue muy bien. Ahora hay mucha gente atendiendo en migración y pasas en cinco minutos, el señor me preguntó "¿cómo ha hecho para conseguir esta visa?", visa de cinco años como turista frecuente, imagino que no le parecía pausible que MOI la tuviera si no fuera por algo, digamos, sospechoso. Le dije que suponía que como había vivido aquí anteriormente por dos años eso había influido; fui amable porque también hubiera podido decir a Ud. qué le importa o simplemente la pedí y me la dieron o, como luego digo Rubén, decir "tengo influencias" . Como sea, me selló, mi maleta salió de las primeras y me tocó verde, nadie me revisó (otras veces igual lo hacen por los productos peruanos que no saben qué son en la pantalla de rayos por las que pasan las maletas). Así que salí tranquila, con calor, está haciendo calor aquí. Estaban Rubén y sus papás, llegamos a su depa que es muy pequeñito, pero igual no nos quedaremos por mucho tiempo. Muy lindos me dieron mis regalos de cumpleños, aunque atrasados, que consistió en ropa, lo cual me viene muy bien porque traje muy poca. Y bueno, hoy empiezo una mañana con agua fría porque aquí no hay agua caliente, en eso el Perú es un país del primer mundo, uno tiene gas cuando lo necesita. Y veremos entonces qué nos traen estas mañanitas, por ahora el itinerario es trabajar en la mañana, ver a Oli en la tarde y en la noche presentar el libro de Violeta.
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